viernes, 7 de diciembre de 2012

Alabama.


Mientras deshacías el calor de tu corazón entre sus piernas, yo sudaba el verano entero la palabra “amor”.
Contigo dentro.
Cada día y noche corrí pensando en ti, con y sin pronombre personal.
Tropecé.
Caí.
Aprendí que gritar mi dolor al papel calmaba mi sed de ti. De gritarte todo lo que ni siquiera me atrevía a escribir en un papel por temor a traspasarlo, a que doliera escribirlo, o a que quemara leerlo.
Porque ha sido un verano caluroso.. y yo no he dejado de sudar.
Pero el verano va a acabar. Tú no te quedas.

Te dejé mi amor en la segunda página de un libro perdido en una cafetería de un pueblo de Alabama.
Te dejé, mi amor, en la segunda página de un libro, perdido, en una cafetería de un pueblo de Alabama.
Los signos de puntuación  trastocan el sentido de cualquier frase y si quedaba alguna duda, el sentido de ésta era la primera.

Ahora me queda mi voz y ya no quiero callarme,
amor.



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