domingo, 27 de mayo de 2012

Hablaba de..


No encuentro las palabras para decirte que te quiero.
Las acabas de encontrar – dirás.
Pero no, no hablaba de esa forma de decir “te quiero”.

Hablaba de evitar que te abrumen mis palabras. Hablaba de mi sonrisa como continuación de la tuya. Hablaba de mi piel extrañando tus manos. Hablaba de mis labios, que ya no son registrados. Hablaba de mis piernas, desenredadas sin ti. Hablaba de mis manos, solitarias. Hablaba de un libro sin dedicatoria. Hablaba de las olas, que ya no rompen en la orilla. Hablaba de las estrellas, encendiéndose y apagándose a su antojo.
Hablaba de mi poesía, vacía.
Hablaba de que mis ojos te dijeran: “te voy a echar de menos”, y que los tuyos me respondieran: “quédate”.

Hablaba de ti.

martes, 15 de mayo de 2012

Juego de estrellas.


Mientras ahora tú juegas con las estrellas, yo me dedico a custodiar, por ti, el firmamento. Para que no te hieran el amor con sus esquinas puntiagudas. Para que su brillo no te ciegue la piel.
Luego, me doy cuenta.
¿Cómo no me fijé antes?
Tú eres una de ellas.
Sus esquinas puntiagudas no podrían herirte el amor jamás; de la misma forma que su brillo nunca podría cegarte la piel, si no hacerte, aún si cabe, más incandescente.
La risa de las estrellas en la noche siempre me hizo sonreír.
Pero sólo tu sonrisa consiguió enamorarme, estrella.


lunes, 14 de mayo de 2012

Estación.


Estación.
Nido de despedidas con futuro reincidente de alcobas vacías y corazones inertes.
Lunes sin perspectiva de viernes. Una sonrisa fugaz escapando de tus labios.
Tus ojos, silenciosos, diciéndome a gritos: “te voy a echar de menos”; mis manos, inquietas, respondiendo: “nos vamos a echar de menos”.

Estación.
Tú.
Volver a ti.
Labios reencontrados. Manos entrelazadas. Abrazos intermitentes. Sonrisas inamovibles. Corazones descongelados.
Tú.
Yo.
Tú y yo.
De nuevo.
Tú, mi manta para el frío.
Tu “ven”, mi “ya estoy aquí”.
Mis dedos, mis manos, mis ojos, mis labios, mi cuello, mi corazón.. reconociéndote otra vez. Para conocerte de nuevo. Y volver a ti. Como cada día. Con estación. Sin estación.
Cerca, muy cerca. O lejos, pero cerca.
Cerca..


"Tú eres mi estación. 
De la que nunca me quiero ir.
A la que siempre quiero volver."

miércoles, 9 de mayo de 2012

Poesía.

Poesía es tu almohada desnudando mis mañanas
y tu ropa inundándome de ti.

Poesía es mi bufanda atrapándote el amor
y tu pelo resguardándome el otoño.

Poesía son tus versos leyéndome en la boca
y tus pulmones maquillándome el colchón.

Poesía es un faro a media noche
y tu sonrisa como única fuente de luz.

Poesía son mis ganas de quererte sin paréntesis y con
puntos suspensivos. Mis ganas de tus manos bajo mi
ropa y de tu lengua, maestra, repasando la lección.

Poesía son tus besos oxidándome la voz
y mis bolsillos repletos de ti.

Porque eres tú, amor, mi única definición de poesía.

Poesía como pretérito perfecto compuesto contigo.
Poesía como futuro imperfecto sin ti.








sábado, 5 de mayo de 2012

Puede que..


Puede que todavía no te hayas dado cuenta de que mis dientes sólo buscan tu piel. Que mis manos se aferran con fuerza a cada uno de los rincones de tu cuerpo. Que me he acostumbrado a intercalar suspiros entre tu pelo para que cuando camines despeinada por la carretera sientas mi aliento en tu nuca.
Puede que mis metáforas no recompusieran tus sinestesias, ni que tan siquiera llegara a componerlas. Pero puede que, tal vez, por esa misma razón, ahora sólo busque tu sonrisa entre los ojos de la gente.
También puede ser que mi cuerpo siempre haya esperado descubrir el olor del otoño entre tus labios; y que entonces, y sólo entonces, entiendas mi obstinada manía de atraparte entre mis piernas para que siempre lloviera(s), otoño, en mí.