No encuentro las palabras para decirte que te
quiero.
Las acabas de encontrar – dirás.
Pero no, no hablaba de esa forma de decir “te
quiero”.
Hablaba de evitar que te abrumen mis palabras.
Hablaba de mi sonrisa como continuación de la tuya. Hablaba de mi piel
extrañando tus manos. Hablaba de mis labios, que ya no son registrados. Hablaba
de mis piernas, desenredadas sin ti. Hablaba de mis manos, solitarias. Hablaba
de un libro sin dedicatoria. Hablaba de las olas, que ya no rompen en la
orilla. Hablaba de las estrellas, encendiéndose y apagándose a su antojo.
Hablaba de mi poesía, vacía.
Hablaba de que mis ojos te dijeran: “te voy a
echar de menos”, y que los tuyos me respondieran: “quédate”.
Hablaba de ti.