viernes, 22 de junio de 2012
viernes, 8 de junio de 2012
jueves, 7 de junio de 2012
Supongo.
Supongo
que este no es el momento en el que debo decirte que quiero ver pasar mi vida
desde tus ojos.
Supongo,
también, que si vuelvo a decirte que te quiero..
(termina tú esta frase).
lunes, 4 de junio de 2012
Cómo decirte.
Cómo decirte que me encanta cuando estás como
ausente, cuando sonríes con la mirada perdida en el horizonte, que me encanta
cuando hablas, y también cuando callas.
Que me vuelve loca la manera en la que te
ríes, la forma en la que tu rostro compone una mueca tras la que intentas
expresar un “enfado” que nunca es real.
Cómo explicar el escalofrío que recorre mi
cuerpo cada vez que te siento en mí..
Cómo hacerte saber que sólo tú has sido capaz
de hacerme perder mi miedo a las alturas y elevarme a lo más alto. Que me haces
temblar como nunca lo había hecho.. y no precisamente de miedo.
Cómo decirte, también, que, cada noche antes
de dormir, intento contar de memoria cada uno de tus lunares empezando siempre
desde el número tres. Que cada amanecer, extraño tu perfume, en mi almohada y
tu cuerpo en mi abrazo.
Cómo podría llegar a decirte lo mucho que
extraño llamarte amor, sin decirte que echo de menos llamarte amor o que me
muero por mirarte a los ojos y susurrarte suavemente al oído que te quiero.
sábado, 2 de junio de 2012
Poesía vacía.
Ya ves, la poesía nunca se me dio demasiado bien.
Y ahora, llegas tú, y te la llevas.
Aunque en realidad, no te la hayas llevado a ella, sino a mí.
Pero, ya ves, sigo demostrando mi ineptitud.
Sigo demostrando que, desde que tú estás, la poesía me viene grande.
Que ya no existe serventesio endecasílabo,
que el único cuarteto que hay, habrá de ser de cuerda,
y que mis versos alejandrinos fueron alejados por el faro de tu mar.
Demasiado grande..
Demasiado complicado que mi poesía pueda retratar tanta belleza.
Demasiado difícil demostrar que mi única poesía eres tú.
Permíteme leerte pues,
y dejar que los virtuosos hablen de ti por mí.
Y ahora, llegas tú, y te la llevas.
Aunque en realidad, no te la hayas llevado a ella, sino a mí.
Pero, ya ves, sigo demostrando mi ineptitud.
Sigo demostrando que, desde que tú estás, la poesía me viene grande.
Que ya no existe serventesio endecasílabo,
que el único cuarteto que hay, habrá de ser de cuerda,
y que mis versos alejandrinos fueron alejados por el faro de tu mar.
Demasiado grande..
Demasiado complicado que mi poesía pueda retratar tanta belleza.
Demasiado difícil demostrar que mi única poesía eres tú.
Permíteme leerte pues,
y dejar que los virtuosos hablen de ti por mí.
Tú y yo lo sabremos,
será nuestro secreto.
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