Estoy en huelga.
Todo mi cuerpo ha ejercido su derecho a huelga.
Mis dedos, por no poder acariciar las vertientes de tu espalda.
Mis pulmones, por el modo en el que tu voz, cuando me susurras al oído, consigue que se contraigan dejándome sin aire.
Mi piel, por los estremecimientos que sufre cuando le hablo de ti.
Mis labios, reprochando no haber sentido el ardor de tus dientes al morderlos suavemente.
Mi corazón, cuando cada tres segundos debe detenerse por la intensidad de este sentimiento.
Mi cuerpo ha ejercido su derecho a huelga. Y yo creo haber entendido por qué..
Aún no ha descubierto a qué sabe el amor en tu piel.
Pero DEShuélgame. Y hazme todo lo que quieras..
Que ni un solo recodo de mi cuerpo quede libre de ti.