lunes, 19 de marzo de 2012

Desconocido.

Me dijeron que caminaba un día de lluvia por nuestra ciudad y nos vio.
A ti te vio en el café de la esquina tras un cortado y un libro de Cortázar.
A mí me vio tratando de encontrar relatos en los reflejos de los charcos.
Creo que en ese momento fue cuando lo decidió. Lo de que tu sonrisa y mi imaginación tuvieran que encontrarse.
Lo sé porque le ví reflejado en uno de mis charcos y, al girarme, corría calle abajo.
Tras una persecución un tanto desastrosa por mi parte, cómo no, le perdí.
Fui preguntando por él a todos los hombres de bigote y sombrero de copa que encontraba en el camino de vuelta a mi charco. Y todos me llevaron al mismo lugar.


Te encontré en un café, entre un cortado y un libro de Cortázar.

Aquel hombre podría haberse llamado Amor, pero nunca le pregunté su nombre.

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