viernes, 27 de abril de 2012

(de)lirios.



Que no entiendes que yo pueda hablarte de luces y sombras, y que el firmamento no me quepa en la boca para decirte que te quiero. Que tus manos sean mi faro de Alejandría y consigan traerme siempre de vuelta a casa. Que tu boca me tenga sometida hasta tal punto que ni Stendhal lograría comprenderlo. Que tu cuello se vuelva aridez para que yo pueda revestirlo de oasis. O que pueda navegar en contra de la marea si tus pulmones están a mi favor.

No eres capaz de entender que mi espalda sólo se curva hacia delante cuando tu aire me toca la piel. Ni que mi ombligo ya no sabe latir sin tus cicatrices.
Tampoco sabes que me muero cuando te siento disfrutando de mí, ni que resucito cuando me besas en el punto exacto en el que hombro y cuello se separan para no volver a unirse jamás.

Puede, entonces, que tampoco sepas, que mis papilas gustativas siguen intentando descifrar los enigmas de los acertijos que le propuso tu piel cuando aquella tarde de invierno, mientras tú discutías con la primavera, entendí que el lirio que me regalaste pintaría de amarillo mis delirios por descubrir todos los sabores que tiene el amor en tu piel.

martes, 24 de abril de 2012

Piérdeme.

Verde. Verde que se pierde entre azul. Azules y verdes que van difuminándose entre sí para confundirse en tu mirada.
El mar. Un camino de arena simbolizado por barras de madera pintadas de blanco. Unas escaleras de piedra.
La arena..
Tus pisadas. Las mías.
El mar..
Trato de encontrar constelaciones que me hablen de ti, pero no me dejas. Prefieres enseñarme todo lo que tus lunares tratan de esconder(me).
Escucho tu sonrisa y baso en ella tres acordes con los que compongo tu canción.
Tus suspiros marcan una línea recta hacia mi boca y tus labios me borran la piel.
Desgástame de tanto usarme, hazme lienzo para tu pincel, vuélveme guitarra para tocar tu canción o muérdeme el amor para perderme.
Muérdeme para perderte.
Piérdete conmigo.
Y hazme suspirar hasta dejarme sin aliento.

Piérdeme. Pero piérdeme contigo.

miércoles, 11 de abril de 2012

martes, 3 de abril de 2012

Apagaré incendios por ti.

Apagaré, por ti, cualquier incendio que amenace con dañar tu bosque.
Aseguraré cada uno de tus puntos débiles; resguardando así tu fragilidad y volviéndola mía.
Destruiré las murallas que traten de restringir el volumen de tu aire.
Inventaré, para ti, el interruptor que encienda y apague las estrellas a tu antojo.
Guardaré cada una de las lágrimas que tu cuerpo derrame para crear un mar en el que navegar contigo.
Haré de mi dedo un pincel para crear mis mejores lienzos en tu piel.
Y te querré.
Te querré hasta que decidas que no soy capaz de conseguir apagar tu incendio, asegurar tus puntos débiles, resguardar tu fragilidad, destruir las murallas que obstruyen tu aire, poner un interruptor para ti en las estrellas, guardar tus lágrimas para crear un mar en el que navegar contigo, o pintar los más hermosos lienzos sobre tu piel.
Ojalá no.
Y ojalá siempre.