domingo, 8 de enero de 2012

Vértigo.



Siempre preferiste caminar que correr, porque caminando tus pies siempre estaban en contacto con el suelo; en cambio, cuando corrías, había siempre un instante en el que tus pies se separaban de la superficie durante milésimas de segundo.
- ¿Qué me importa que sean sólo milésimas de segundo? Yo tengo vértigo. – Me confesaste una vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario