Guardo un tarro con tu esencia.
Guardo un tarro que huele a sonrisas.
Guardo un tarro con olor a mar, a ciudad e incluso a campo.
Me gustaría cerrarlo herméticamente pero, si lo hiciera, perdería el aroma de la misma manera que el viento pierde los susurros y nunca más podría volver a respirar[lo(te)].
Guardo un tarro que inunda mi habitación de una intensa fragancia a frío y a diciembre.
Tengo guardado un tarro que inunda mi habitación de una intensa fragancia a ti.
A mi mejor amiga,
porque diciembre me huele a ti.
Mi tarro está mucho más lleno, con estas líneas, que el de la imagen.
ResponderEliminarPorque a mi hoy todo me huele a ti, porque hoy no paro de pensarte.
No sé cómo lo has hecho pero conseguiste parar el avión, me llegó tu abrazo, pero luego tuve que continuar y aquí estoy, echando de menos nuestros ratos interminables y sonriendo por haberlos tenido todos estos días.
La complicidad es nuestra.
No te quiero tanto.