viernes, 28 de octubre de 2011

Ideas inéditas.

Siempre me gustó llevar un boli en la mano
por si, de repente, mi inspiración
decidía ponerse a trabajar en el momento menos indicado;
de esa forma nunca había un momento ‘poco indicado’
ni existía el momento ‘menos indicado’.


Las pocas veces que no llevaba el boli, esas ideas se perdieron para siempre.
Qué extraño..
Estoy segura de que, algunas veces,
pude apreciar resquicios de sus sombras en mi habitación.
Debe de existir un lugar,
un sitio donde vayan a morir todas estas ideas inacabadas.
Y pobre del que lo encuentre..

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