jueves, 24 de noviembre de 2011

Atrévete.

Puede que hayas premeditado, consciente o inconscientemente, una idea sobre mí, pero eso no significa que yo sea como tú me pintas.
Antes de que tú llegaras, yo ya tenía los trazos marcados; puede que los bordes fueran algo endebles, 
pero podía atisbarse perfectamente la línea que delimitaba mi dibujo.
No te negaré la realidad porque, aunque el dibujo existía, nunca llegué a estar del todo coloreada.
Eso no significa que tú me colorees a tu antojo para hacer creer a tu subconsciente que la idea que tienes sobre mí no sufre ningún equívoco; que es la correcta.

Pero permíteme decirte que, desafortunadamente, te equivocas.
Atrévete a conocerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario